Los boleadores rápidos son capaces de conseguir consistentemente velocidades de lanzamiento de hasta 150 km/h, para lo cual tienen que coger una carrerilla de unos 20 a 30 metros. Las condiciones atmosféricas influyen en el boleo de swing, y a una velocidad un poco menor, de 130 a 140 km/h, en un día despejado, la pelota iría recta. Sin embargo, si el día está nuboso empieza a swing, es decir que describe un arco inesperado que el boleador intenta que vaya hacia el wicket (in-swing) (eliminando así al bateador por lbw al fallar el tiro o boleándolo) o hacia afuera, consiguiendo un efecto parecido al seamer.
Los boleadores lentos (spinners) tienen una acción muy distinta: su carrerilla es de sólo 2 o 3 m y lanzan la pelota a una velocidad de entre 80 y 100 km/h. Basan su acción, no en la velocidad, sino en el efecto dado a la pelota, bien con los dedos, bien con la muñeca.